jueves, 21 de mayo de 2009

A pasos agigantados


Imposible negarlo. O estoy más vieja (sí, claro, el calendario me recuerda cada 12 meses que cumplo 12 meses más) o es que realmente soy muy mañosa a la hora de elegir mis candidatos. Erase una vez una chica que todo lo aceptaba, pero luego de ponerse seria con su novio amado, se da cuenta de que le teme al compromiso y que quiere otra cosa (otro mino). En definitiva, no hay cómo darle en el gusto, puesto que me enamoré a fondo, pero no quiero comprometerme, sencillamente. Quiero, pero pongo tantas trabas, que es ilógico pensar que alguien pueda vivir así.

En definitiva, propongo una relación en donde vivamos separados, pero juntos al mismo tiempo, amándonos, pero una de las camas debe estar fría, por pura comodidad. Igual no creo que la gente deba emparejarse del modo tradicional; cada cual debe ver el método que más le acomode, pero esta libertad me tranca cuando pienso en los hijos. ¿Deben ser actores de la comedia? Si crecen con este modelo no tradicional de padres, puede que lo imiten, pero tambvién pueder ser que lo mejoren, y logren lo que sus padres no pudieron. En este comentario dejo de manifiesto un sesgo, ya que supongo que este tipo de relación no es la mejor, aun cuando la defiendo. ¿por qué será que llevamos tan interiorizados estos cánones morales y nos contradecimos en cada paso que damos? es como ir caminando y tropezar siempre con piedras que vemos, pero no queremos evitar.

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